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Exhibiciones

Intimidad cromática

2024

texto curatorial: Roberto Echen

VOLVERSE ÍNTIMO “Volverse público” es el título que utiliza Boris Groys para caracterizar un momento, una sociedad y una cultura que serían los nuestros. Silvia Chirife titula su muestra “Intimidad cromática”. Intimidad se asocia a lo privado (que es antónimo de público). Entonces. ¿Se puede hablar de intimidad cuando se está haciendo arte, algo que está destinado desde su propia concepción a lo público? Es más, ¿se puede hablar de intimidad refiriéndose a lo “cromático”? Sabemos que el color es uno de los objetos más compartidos y consensuados públicamente. ¿Por qué, sin embargo, Chirife puede hablar de “intimidad cromática”? Hay, en ese discurso, un desplazamiento (que se confirma cuando se habla con laautora) del color (objeto inasible y –por lo tanto– susceptible de desplazamiento) a objetos mucho más asibles, objetos físicos que configuran la intimidad de la propia artista, la de su propio hogar o del hogar materno. Desplazamiento metonímico que se patentiza en la siguiente frase dicha por la artista mientras nos mostraba uno de los trabajos: “Aquí se ve la playa, la arena y el mar” hablando de una obra en la que había un grupo de formas coloreadas de modo que hacía innegable sus cualidades estéticas pero que muy difícilmente remitieran a la representación de la que se nos hablaba. Entonces comprendí cuál era el proceso que nosotros no podíamos sino vislumbrar a través de la relación entre el discurso oral y el objeto pictórico que teníamos frente a nosotros: lo asocio (hoy, ahora) con “Cuadrado rojo” de Malevich, en el dorso del cual se lee “Realismo pictórico de una campesina” y en el que solo se ve un cuadrado rojo sobre fondo blanco. Creo que Silvia realiza un proceso de abstracción tanto formal como cromática desde un lugar que no involucra un desarrollo racional sino que “se” produce tan inconsciente o intuitivamente que no parece involucrar un “verdadero proceso” sino una inmediatez (cosa que ya antes ha confundido a Kant) desde la que la artista puede seguir viendo (después de todo ese trabajo de abstracción que deja solo formas y colores) los mismos objetos de los que había partido o, mejor, que habían motivado el deseo de pintar. Por supuesto. Al igual que en su colega ruso, tal vez no se pueda dejar de leer una ironía de la representación sobrevolando el discurso. Allí es donde –creo– se justifica el título: en la relación tan íntima que Silvia Chirife sostiene con el color y con la pintura.

Roberto Echen

Pascual Construcciones presenta Arte en Tránsito en el marco de la Noche de Museos Abiertos durante la 7QAR.